La burguesía decadente busca chivos expiatorios
Con las crisis económicas mundiales de finales del siglo XX y la reaparición del desempleo masivo en los centros imperialistas, se han reforzado considerablemente las tendencias conspirativas, nacionalistas y racistas, que de una forma u otra señalan al extranjero como chivo expiatorio, como culpable del deterioro de la situación:
- Los partidos "democráticos" de la burguesía: el Partido Republicano en EEUU, CP en Gran Bretaña, CDU-CSU en Alemania, LR en Francia, PiS en Polonia, FIDESZ-MPP en Hungría, PP en España, ÖVP en Austria... se han vuelto aún más nacionalistas y reaccionarios;
- Los partidos burgueses xenófobos: Vox en España, Liga en Italia, RN en Francia, Reform UK (ex-UKIP) en Gran Bretaña, FPÖ en Austria, PVV en Holanda, AfD en Alemania, NVA en Bélgica... se sitúan aún más a la derecha de los primeros;
- Los grupos fascistas vuelven a atacar a los inmigrantes, a las minorías y a las organizaciones de trabajadores en Estados Unidos y Europa.
La campaña de 2016 para la salida del Reino Unido (Brexit) fue un ejemplo de esta asquerosa demagogia. El ala de Boris Johnson en el Partido Conservador y el UKIP de Nigel Farage pusieron el punto de mira en la inmigración de Europa central y culparon a la UE de la devastación del sistema de salud pública (llevada a cabo por los gobiernos británicos precedentes).
La mayor parte de las poblaciones desplazadas por catástrofes medioambientales, sequías, guerras, hambrunas, persecuciones y pobreza se dirigen a otras regiones de su estado o a un estado vecino también subdesarrollado. Por ejemplo, la mayoría de los refugiados rohingya de Birmania han huido a Bangladesh, la mayoría de los desplazados de la República Democrática del Congo están en el interior del país, la mayoría de los refugiados árabes y kurdos de Siria están en Siria o se han ido a Jordania, Líbano o Turquía, la mayoría de los migrantes de Colombia y Venezuela están en América Latina, muchos residentes de Etiopía se están desplazando hacia Eritrea y Sudán.
Una minoría se arriesga tratando de llegar a los centros imperialistas, a veces para reunirse con la familia. Cada mes, hay refugiados - víctimas de las guerras provocadas o mantenidas por las grandes potencias o sus aliados - y trabajadores - empobrecidos por la destrucción de sus medios tradicionales de subsistencia y el expolio de sus recursos naturales provocado por el capitalismo global - que mueren en el desierto del sur de Estados Unidos, en los bosques del centro de Europa, en el mar Caribe, en el Canal de la Mancha, en el Atlántico frente a las Canarias y, sobre todo, en el Mediterráneo.
La Unión Europea y Gran Bretaña pisotean los principios democráticos
El capital circula libremente. Los grandes capitalistas de todas las nacionalidades que viajan en yates y jets privados son recibidos en todas partes con los brazos abiertos.
En cambio, la mayoría de los estados, incluso los que se declaran democráticos, restringen la circulación de los extranjeros cuando son pobres. Los meten en campos de retención aunque no han hecho nada malo. Levantan alambradas y muros. Otros estados utilizan a los inmigrantes como medios de presión para levantar sanciones (Bielorrusia), controlar el territorio (Marruecos) u obtener dinero (Turquía). A los numerosos ejércitos, policías y aduanas nacionales, la Unión Europea añadió en 2004 una fuerza específicamente diseñada para devolver a los inmigrantes, Frontex. Mientras se prepara para asumir la presidencia de la UE, Macron pide que se restrinja el espacio Schengen y que se refuerce Frontex para que "Europa sepa proteger sus fronteras" y así impedir mejor el acceso de los inmigrantes. En la actualidad, el Reino Unido y Francia, que se disputan los caladeros de pesca, dejan morir a los seres humanos que intentan cruzar el Canal de la Mancha. Macron envía a la policía a destruir los campamentos de migrantes, mientras Johnson hace aprobar la aún más restrictiva Ley de Nacionalidad y Fronteras (Nationality and Borders Bill,13 de diciembre).
El 24 de noviembre, unos migrantes utilizaron sus teléfonos para pedir ayuda mientras su bote se hundía... En un vídeo hecho público el 29 de noviembre, uno de los dos supervivientes, Mohammed Shekha Ahmad, del Kurdistán iraquí, explica: "Llamamos a la policía francesa, enviamos nuestra ubicación. Nos dijeron: estáis en aguas británicas, llamad a los británicos. Llamamos a los británicos y nos dijeron que llamáramos a los franceses" (Independent, 29 de noviembre; Le Monde, 10 de diciembre). En vano, murieron 27 personas.
El gobierno francés de Macron-Castex culpó entonces a los contrabandistas, mientras que el gobierno de Johnson reprovchó al estado francés no haber impedido las salidas desde la costa francesa. De hecho, son las "políticas migratorias" y el endurecimiento de los controles estatales los que crean la profesión de contrabandista y hacen que el cruce de fronteras sea cada vez más arriesgado.
¡De la tierra o extranjera, una sola clase obrera!
Frente a la creciente represión estatal que no impide la migración sino que divide y debilita a la clase obrera en todos los países, la responsabilidad de los partidos de origen obrero y de los sindicatos de trabajadores es luchar por la unidad del proletariado, de los trabajadores ciudadanos o extranjeros, con o sin papeles, sean cuales sean sus creencias.
- Permisos de residencia para todos los refugiados, trabajadores extranjeros y estudiantes instalados en un país por tiempo indefinido.
- Igualdad de derechos para todos los trabajadores que residen en un país.
- Cierre inmediato de todos los centros de retención de extranjeros.
- Libertad de los refugiados, trabajadores y estudiantes para trasladarse e instalarse donde quieran.
Estas reivindicaciones sólo pueden ser satisfechas por gobiernos obreros, los únicos capaces de derrocar el capitalismo, de poner la economía en manos de los productores, de construir los Estados Unidos Socialistas de Europa como un paso hacia el socialismo mundial.
15 de diciembre de 2021
Colectivo Revolución Permanente
(Austria, Francia, Estado Español, Turquía)