El estallido político del subcontinente es reaccionario de parte a parte
Rodeada por un capitalismo decadente y enredada en contradicciones imperialistas, la independencia de un estado atrasado será inevitablemente medio ficticia y su régimen político, bajo la influencia de las contradicciones de clase internacionales y la presión externa, necesariamente caerá en una dictadura contra el pueblo (Trotsky, La guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940)
Cuando el estado británico, que siempre alimentó las divisiones étnicas y religiosas, concedió la independencia al antiguo "imperio de las Indias" en 1947, las clases explotadoras locales (burguesía emergente, terratenientes) demostraron ser incapaces de unificar el subcontinente La clase obrera no lideró la lucha por la independencia y contra todas las opresiones, debido a la política criminal del Partido Comunista de la India, guiada por la burocracia estalinista de la URSS, que oscilaba entre la capitulación ante la burguesía nacional y la voluntad de conciliarse con el estado británico.
Todas las clases explotadoras del subcontinente apostaron por la religión como cemento ideológico para constituirse en clase dominante después de la partida de la potencia colonial, pero en diversos grados:
- El Congreso Nacional Indio, el principal partido de la burguesía hindú que quería encabezar todo el subcontinente. Para esto, el Partido del Congreso se presentaba como secular, federalista e incluso "socialista", como muchos nacionalistas burgueses después de la Segunda Guerra Mundial.
- La Liga Musulmana, la principal representación de capitalistas y terratenientes musulmanes que temían quedar en minoría a escala de toda la India, era abiertamente separatista y clerical.
- Al Congreso le hacía la competencia el movimiento de la Hindutva que pivotaba sobre el nacionalismo étnico hindú y el racismo, para subordinar a las clases explotadas y movilizarlas contra la revolución social y la población musulmana.
La rivalidad entre las fracciones de las clases explotadoras condujo en 1947 a la sangrienta partición del antiguo Imperio de las Indias, con no menos de 500.000 muertos y 15 millones de desplazados (hindúes y sijs por un lado, musulmanes por el otro). Surgieron entonces tres estados burgueses hostiles, cada uno con su propio mito nacional y la opresión de sus propias minorías étnicas, lingüísticas o religiosas:
- la Unión India, principalmente hindú,
- la República Islámica de Pakistán, que es mayoritariamente musulmana,
- la República Democrática Socialista (sic) predominantemente budista de Sri Lanka.
A diferencia de China, que experimentó una revolución social en 1949-1952 (aunque limitada por el atraso económico y cultural, el dominio del partido estalinista y su transformación en una burocracia privilegiada), no solo se dividió el subcontinente, sino las relaciones de producción precapitalistas persistieron, los cleros proliferaron, las mujeres emanciparon muy poco y lentamente ... El estado burgués indio se apoyaba en el estado obrero degenerado de la URSS mientras que el estado burgués paquistaní lo hacía en el imperialismo hegemónico. La burocracia china, para aflojar la amenaza militar y el bloqueo económico, en 1972 dio un brusco viraje hacia el imperialismo estadounidense. Apoyó a Pakistán y Sri Lanka contra la India.
Pakistán e India, a pesar de los tratados internacionales, tienen armas atómicas (150-160 cabezas nucleares el uno, 130-140 el otro).
La región no está estabilizada:
- India y Pakistán entraron en guerra en 1947, 1965 y 1971;
- China (entonces un estado obrero burocrático) se enfrentó con la India en 1962;
- Pakistán estalló en 1971, su parte oriental liderada por la Liga Awami se escindió tras una una guerra librada con la ayuda de la India y la URSS contra el resto de Pakistán, apoyado por Estados Unidos y China: el resultado es un cuarto estado burgués, la República Popular de Bangladés, cuya religión oficial también es el Islam;
- Sri Lanka impone el cingalés como el único idioma oficial en 1956 y el budismo como religión del estado en 1972, la minoría oprimida tamil (25% de la población) se rebela.
Medidas discriminatorias contra los musulmanes
Los grandes medios de comunicación y los dirigentes occidentales a menudo presentan a la India como la democracia más grande del mundo. Es una buena ilustración de los límites de la democracia burguesa. Los dirigentes de los dos principales partidos burgueses, el Congreso Nacional Indio y el Partido Bharatiya Janata (Partido Popular Indio, BJP), están estrechamente vinculados con los grandes capitalistas y terratenientes. El machismo causa estragos. La policía es violenta con los trabajadores, las castas inferiores y las minorías religiosas. La justicia no es mejor, es notoriamente corrupta y parcial. Se persigue a los revolucionarios y sindicalistas, los investigadores de ciencias sociales y periodistas honestos, las militantes feministas y los simples ateos. Y la situación se ha deteriorado desde 2014, con la impunidad garantizada para las bandas fascistas paramilitares de Hindutva, la Rashtriya Swayamsevak Sangh (Organización Patriótica Nacional, RSS) y su brazo político fundado en 1925, el BJP.
En las elecciones legislativas de 2014, el Congreso fue reemplazado por el BJP. Modi se convirtió en primer ministro. Ya tenía su experiencia: como primer ministro en Gujarat en 2002, había desarrollado privatizaciones y alentado pogromos anti-musulmanes que causaron entre 900 y 2000 muertes. Modi es la expresión de una tendencia internacional de la burguesía hacia la reacción, el clericalismo, militarismo y xenofobia del tipo Netanyahu en Israel, Al-Sissi en Egipto, Erdogan en Turquía, Orbán en Hungría, Trump en los Estados Unidos, Al-Assad hijo en Siria, Putin en Rusia, Xi en China, Duerte en Filipinas, Bolsonaro en Brasil, Áñez en Bolivia ...
Para ganar las elecciones legislativas de abril-mayo de 2019, a medida que la economía se desaceleraba (en 2019, el PIB aumentó un 4,8% en comparación con el 6,8% en 2018), el primer ministro saliente Modi y su partido reforzaron su discurso demagógico nacionalista, clerical, obsesionado con la seguridad y militarista. El BJP ganó con mayoría absoluta (303 escaños de 543) en el Lok Sabhan (la Cámara de Diputados).
En 1947, durante la partición, Hari Singh, el maharajá de Jammu y Cachemira, poblado principalmente por musulmanes, había decidido unirse a la Unión India con la condición de mantener una gran autonomía. Según el artículo 370 de la constitución india, las leyes aprobadas por el parlamento de Nueva Delhi no se aplicaban en Cachemira, con la excepción de las de defensa, asuntos exteriores, finanzas y comunicaciones. A fines de julio de 2019, el estado indio envió tropas adicionales (50.000 soldados) a Jammu y Cachemira para sumarlas a los 700.000 soldados y policías ya presentes. Además, evacuó a los extranjeros. A principios de agosto, se cortaron las comunicaciones móviles, se cerraron las escuelas, se impuso el toque de queda en parte de la región y los dirigentes de todos los partidos fueron puestos bajo arresto domiciliario. Se encarceló a 4.000 personas. Los parlamentarios de los grandes partidos obreros legales, el PCI y el PCI-M, cuando intentaron viajar a Jammu y Cachemira, fueron rechazados por la policía de Modi y Ajit Doval.
El 5 de agosto, Amit Shah, el ministro BJP de Interior, presentó en el Rajya Sabha, el senado federal, un proyecto de ley que cancelaba el artículo 370 de la constitución. Se ratificó por una mayoría de dos tercios. Los 7,5 millones de cachemires no fueron consultados. Se abolió la autonomía de Jammu y Cachemira, el antiguo estado se dividió en dos "territorios de la Unión" desprovistos del parlamento y situados bajo la autoridad del gobierno central. Los indios de otros estados ahora podrán comprar tierras en Cachemira, trabajar en su administración y votar en las elecciones locales si residen allí.
El 31 de agosto de 2019, en Assam (noreste), el BJP retiró a 2 millones de musulmanes la ciudadanía india. Y quiere generalizar el registro nacional de ciudadanos (NRC) a todo el país en abril de 2020.
El 11 de diciembre, el gobierno de Modi-Shah cambia la ley de ciudadanía , abre el acceso a la nacionalidad india a los refugiados de seis religiones de Afganistán, Pakistán y Bangladés, pero se la niega a los musulmanes. El presidente de los Estados Unidos, en visita a la India, restó importancia al caso: "He oído hablar de eso, pero no lo hemos discutido, eso es competencia de la India" (Donald Trump, 25 de febrero).
Los opositores, víctimas de la policía y de las bandas fascistas
India cuenta con un 14% de musulmanes, 200 millones de personas. La policía reprime violentamente las manifestaciones de protesta en las universidades y distritos musulmanes de Delhi, Lucknow, Kanpur, Meerut ... En ocasiones se hace pasar hambre a las personas encarceladas. El 15 de diciembre, la policía entró en la Universidad Jamia Millia Islamia (JMI) de la capital, Nueva Delhi, destruyó la biblioteca, golpeó a los estudiantes y disparó con munición real. En total, la policía mató a 27 personas ese mes.
El 5 de enero, el ala estudiantil del BJP, ABVP, atacó la Universidad Jawaharlal Nehru (JNU) en Nueva Delhi, que no es musulmana pero es hostil al fanatismo hindú. En plena lucha contra un aumento masivo en las tarifas de alojamiento y matrícula y con la policía pasiva en el exterior, los matones del ABVP atacaron a estudiantes y profesores durante tres horas, causando alrededor de 30 lesiones graves, incluido el presidente del principal sindicato de la universidad, Aishe Ghosh,
La India tiene más de 520 millones de trabajadores, de los cuales solo el 6-7% están empleados en empresas del sector formal y entre ellos apenas el 2% están sindicalizados. Los CTU, la alianza entre sindicatos de 10 confederaciones (INTUC, AITUC, HMS, CITU, AIUTUC, TUCC, SEWA, AICCTU, LPF, UTUC), convocaron para el 8 de enero de 2020 una "bharat bandh" (huelga general, de hecho una simple jornada de acción) contra la política antiobrera del gobierno, las privatizaciones, la precarización jurídica laboral y por un salario mínimo de 21.000 rupias por mes. La única central que se mantiene separada, la BMS, está controlada por el BJP. Por otro lado, la convocatoria fue apoyada por los partidos obreros, sindicatos de estudiantes y múltiples asociaciones.
Antes del 8, los CTU protestaron por la violencia en la universidad. 180 millones de trabajadores, estudiantes y campesinos pobres se sumaron a la huelga. El mayor seguimiento se dio en la región de Bengala, en el este, y en Kerala, en el sur: transporte público, fábricas de automóviles, minas de carbón, plantaciones de yute, bancos, red de guarderías rurales financiadas por el estado (Angwadi Services ), electricidad ... En el resto del país, diversos bancos y redes públicas de autobuses se vieron afectados.
A partir del 16 de diciembre, cientos de mujeres en el barrio popular de Shaeen Bagh, de mayoría musulmana, protestaron contra la NRC, el CAA y la brutalidad policial y fascista, y ocuparon una autovía de 6 carriles a Nueva Delhi (carretera 13A). El 26 de enero de 2020, una manifestación reunió a 100.000 personas alrededor de la bandera y el himno de la India, con el preámbulo de la constitución. El jefe local del BJP amenazó con evacuar él personamente a los ocupantes antes de la visita del presidente estadounidense. El 11 de febrero, durante las elecciones regionales en Delhi, el BJP que, con enormes medios, había emprendido una campaña intolerante y racista, fracasó con el 39% de los votos contra el 54% del partido local (el AAP), que gobierna el territorio desde 2015. Mientras Trump llamaba públicamente al Primer Ministro Modi un "líder excepcional" el 23 y 24 de febrero, cientos de matones de la RSS atacaron los barrios "mixtos" (musulmanes e hindúes) al noreste de la capital, destruyendo vehículos, puestos de venta y casas de musulmanes, causando 34 muertos y 330 heridos, bajo la mirada de muchos agentes de policía (a las órdenes del gobierno federal) que no hicieron nada para evitarlo. Más aún, durante varias horas, los fascistas bloquearon las ambulancias en los accesos del hospital sin que interviniera la policía.
Por el derecho a la autodeterminación de Cachemira, por la laicidad, por un gobierno obrero y campesino
En la India, todavía pesa sobre la clase obrera y la intelectualidad el legado envenenado del estalinismo, de su "etapa democrática" que relegó la revolución socialista a las calendas griegas, de su "frente único antiimperialista" o de su "frente popular" que subordinan a los explotados bajo una u otra fracción de la burguesía, del culto al líder, del uso de la calumnia y la violencia dentro del movimiento obrero.
La dificultad es que la IV Internacional, fundada en 1938 contra las direcciones reformistas, desapareció en la década de 1950, bajo la presión del estalinismo, el nacionalismo burgués y la socialdemocracia, causando el colapso de las secciones del subcontinente (BLPI, LSSP). Desde entonces, sus múltiples avatares se han revolcado en el centrismo y el reformismo. Por ejemplo, un "IV internacional" lambertista (CORCI de Gluckstein) fundó en la India, en noviembre de 2017, un "Comité Internacional Obrero" cuyo programa se reduce a fórmulas vacías típicas de la francmasonería, de los políticos reformistas y los burócratas sindicales: "Contra la barbarie, la guerra y el desmantelamiento de las naciones".
Cualquiera que no se atreva a enunciar en voz alta las tareas revolucionarias nunca tendrá el coraje de llevarlas a cabo. (Trotsky, Por la 4ta Internacional, 1935)
¿Contra el desmantelamiento de las naciones? La unidad de la nación es un mito utilizado por la clase dominante para subyugar a las clases explotadas y semi-explotadas. Los trabajadores conscientes de todos los países saben que deben oponerse a la burguesía local en su lucha de clases, su lucha para tomar la cabeza de las clases trabajadoras y subordinadas. En el subcontinente indio, el proletariado en marcha barrerá las fronteras de Sri Lanka, India, Pakistán y Bangladés.
Es cierto que el socialismo reconoce el derecho de cada pueblo a la independencia y la libertad, a libre disposición de su propio destino. Pero es una verdadera burla del socialismo presentar a los actuales estados capitalistas como la expresión del derecho a la autodeterminación. (Luxemburgo, La crisis de la socialdemocracia, 1915)
Hay que reconocer al pueblo oprimido de Cachemira, que hoy se divide entre tres estados (India, Pakistán, China), el derecho a decidir su destino, incluido el derecho a la independencia.
El refuerzo de la opresión nacional en la época del imperialismo requiere, no renunciar a la lucha "utópica", como afirma la burguesía, por la libertad de separación de las naciones, sino, por el contrario, utilizar en el mejor de los casos, los conflictos que también surgen en este terreno, como palanca para la acción de masas y las manifestaciones revolucionarias contra la burguesía. (Lenin, La revolución socialista y el derecho de las naciones a la autodeterminación, 1916)
En cuanto a la paz, solo puede obtenerse mediante la revolución proletaria, el armamento de los trabajadores, el poder de los consejos de trabajadores en la India, la creación de la Federación Socialista del Sur de Asia.
El pacifismo pequeñoburgués parte de la premisa de que sería posible asegurar la paz por medios especiales, fuera de la lucha de clases del proletariado para la revolución socialista. (Trotsky, La guerra imperialista y la revolución proletaria mundial, 1940)
Los núcleos marxistas existentes en la India deben reagruparse lo más rápido posible para constituir una organización proletaria revolucionaria de todo el Estado, en conexión con la vanguardia internacional. Y luchar, en lo inmediato, por el frente unido de todas las organizaciones obreras (PCI, PCI-M, AITUC, CITU, HMS, INTUC ...), campesinas y estudiantiles indias por las reivindicaciones económicas, pero también por la autonomía de Jammu y Cachemira, la retirada de las fuerzas de represión, la restitución de la nacionalidad india a los musulmanes eliminados del Assam, la separación del Estado y la religión, la igualdad de mujeres y hombres.
15 de marzo de 2020