Publicamos la traducción de Octubre Rojo del panfleto de nuestros camaradas de Gruppe Klassenkampf,con motivo de la manifestación del viernes 26 de enero, en Viena, Austria.
Llamamos a participar en la manifestación del 26 de enero de 2024 frente al parlamento en Viena bajo el lema «Frente unido de los trabajadores contra el fascismo». ¡Sólo una política consecuente en interés de la clase trabajadora, independientemente de su origen étnico, puede detener la ofensiva reaccionaria!
Quien en Austria se haga el sorprendido porque fascistas locales y ultraderechistas en Alemania también han participado en reuniones para planificar limpiezas étnicas y deportaciones masivas, o miente, o es un ingenuo, o es un consumidor de tabloides y periódicos gratuitos. El RFJ [Anillo de Jóvenes Liberales, Ring Freiheitlicher Jugend, es una organización juvenil de extrema derecha, ligada al neonazismo, es parte del FPÖ-Partido de la Libertad] de Alta Austria propaga abiertamente estas exigencias de los identitarios (que son una especie de «ONG de derechas» para el aspirante a canciller Kickl). Incluso los políticos del ÖVP están «democráticamente» consternados: sus partidos regionales en Alta Austria, Baja Austria y Salzburgo están ahora en gobiernos de coalición con el Partido de la Libertad. Son precisamente las políticas xenófobas del ÖVP, sus ataques al derecho de asilo, las deportaciones y las operaciones policiales hasta el registro civil, su complicidad con los gobiernos reaccionarios de Europa del Este lo que está preparando el terreno para las fuerzas abiertamente fascistas.
Cuando el Canciller Federal, Karl Nehammer, estrecha las manos del Primer Ministro húngaro, Viktor Orbán, y del Presidente serbio, Aleksander Vučić, en la llamada «Tercera Cumbre sobre Migración», disfrazados como un viejo musical de los tres mosqueteros, es algo más que un gesto. «Hay que apoyar a quienes protegen sus fronteras. Mientras la Unión Europea no intervenga lo suficiente, tendremos que ayudarnos a nosotros mismos»: la declaración de Nehammer es una versión light de la «Austria fuerte» de Kickl y del proyecto identitario «Defender Europa».
2024 es año de elecciones y se habla mucho de «democracia». El hecho es que alrededor de 1,4 millones de personas mayores de 16 años que viven dentro de las fronteras de Austria no tienen derecho a voto por carecer de ciudadanía o tener una ciudadanía diferente y, por tanto, no tienen voz política. Por supuesto, la mayoría de ellos son trabajadores o se están formando en ello. Para ellos, la «Austria fuerte» ya ha levantado el puente levadizo.
El motivo inmediato de las manifestaciones en Alemania y ahora también en Austria fue la reunión fascista cerca de Wannsee1 (un lugar con mucha carga histórica) en Berlín. Se trata de expulsiones masivas, incluso de personas con antecedentes migratorios que tienen la ciudadanía alemana (y austriaca). Como ya hemos dicho, muchos de ellos no tienen derechos políticos de todos modos. Aparentemente se trata de «pureza étnica», pero en realidad es contra la clase trabajadora. Hay que dividirla. Se utilizan consignas estúpidas y absurdas para enfrentar a los «verdaderos» austriacos y alemanes con los «inmigrantes». La clase obrera siempre ha sido internacional. Un ejemplo que todo el mundo entiende: ningún hospital de este país podría funcionar si sólo los «europeos blancos» cortejados por los fascistas tuvieran que hacer todo el trabajo, desde la limpieza hasta las cirugías de cráneo.
Con su demagogia contra los «extranjeros» que explotan «nuestro» sistema social, el FPÖ [Freiheitlichen Partei Österreichs, Partido de la Libertad de Austria, es un partido populista de derecha , nacionalista, vinculado al neonazismo] y el ÖVP [Österreichische Volkspartei, Partido Popular Austríaco , es una organización austríaca de ideología conservadora y de doctrina demócrata cristiana] quieren justificar el ataque general a las prestaciones sociales de todo tipo. Sin embargo, las «medidas de austeridad», es decir, la política de empobrecimiento, se dirigen igualmente contra los asalariados autóctonos.
La tan cacareada «democracia» es en realidad el ejercicio del poder por parte de quienes ostentan el poder económico, los capitalistas, enmascarados mediante elecciones. Tienen el poder mediático que «crea» el ambiente político en el país, así como institutos de «investigación» de opinión que se utilizan para manipular a los votantes, como es bien sabido desde el mandato de Sebastian Kurz. Por un lado, celebran con orgullo unos hallazgos de armas entre neonazis cada vez más frecuentes, y al mismo tiempo, despejan las calles para los identitarios, miembros de fraternidades y negacionistas del COVID.
El fascismo no se detendrá con manifestaciones ni en las urnas. Tenemos que aplicar una política ofensiva en favor de los intereses de los trabajadores y de los jóvenes formación para frenar en seco a los agitadores de extrema derecha.
Decimos que todas las fuerzas basadas en el movimiento obrero deben permanecer unidas aquí: Los sindicatos, la socialdemocracia, el Partido Comunista, todas las demás organizaciones de trabajadores. Un frente único de clase no significa que deba haber acuerdo en todos los puntos y en todas las cuestiones. Marchar por separado, golpear juntos para derrotar al fascismo debe ser la consigna.
Para nosotros, las piedras angulares de una política así son:
-Escala móvil de salarios: ¡ajuste de los salarios a la inflación para combatir la pobreza!
-Reparto de la carga de trabajo con plena equiparación salarial.
-Igualdad para las mujeres trabajadoras: acabar con las diferencias salariales y con los salarios bajos.
-¡Los que trabajan también deben tener voz en las decisiones políticas! ¡Contra toda discriminación basada en el origen, el sexo, el color de la piel y la religión!
-¡Autodefensa contra las actividades fascistas! ¡Protejamos las manifestaciones, los locales de las organizaciones de trabajadores, los mítines y las huelgas de forma independiente!
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- Allí se realizó en 1942 la célebre "Conferencia de Wansee”. Fue una reunión de catorce dirigentes del Estado nazi y de las SS. Se encargaron de dar una coordinación general y de definir aspectos centrales de la llamada “Solución final a la cuestión judía”, es decir, su plan de secuestros, encierros, torturas, superexplotación y exterminio.
