Todo el poder a los trabajadores de Argelia!
A pesar de las manifestaciones que en 2014 ya habían marcado el anuncio del cuarto mandato de Abdelaziz Bouteflika, las camarillas del FLN y del ejército, incapaces de ponerse de acuerdo sobre cómo substituirlo, pensaban que renovarían tranquilamente la operación en abril de 2019, reutilizando la medio momia de un anciano enfermo e incapaz de la menor iniciativa. Todos los soportes tradicionales del poder habían sido preparados para ello.
El 1 de febrero de 2019, la dirección de la central sindical de la UGTA y las organizaciones patronales FCE, Cipa, CNPA, CAP, CAP, Unep, AGEA y UNI, juntas, declararon en Batna, en un llamamiento a la construcción de un "frente popular sólido": "Bouteflika es nuestro candidato en las elecciones presidenciales".El temor hábilmente utilizado de una vuelta a los años noventa, cuando la combinación del terror islamista con el terror policial causó decenas de miles de muertes entre la población, debería bastar para disuadir cualquier oposición seria.
Sin embargo, ya el sábado 16 de febrero, una semana después del anuncio de la candidatura de Abdelaziz Buteflika, se produjeron las primeras manifestaciones espontáneas contra este quinto mandato. Luego, el viernes 22 de febrero, se juntaron decenas de miles de manifestantes, todavía espontáneamente y utilizando las redes sociales, a pesar de la prohibición de las manifestaciones. Estudiantes, mujeres, desempleados, trabajadores de todo tipo están en primera fila. Desde entonces, a pesar de las llamadas a la calma por parte del gobierno, a pesar de las detenciones, a pesar de las amenazas de todos los partidarios del gobierno, las manifestaciones se han repetido e intensificado en toda Argelia, pero también en muchos países, especialmente en Francia.
Rápidamente, junto a la consigna "No al quinto mandato", carteles y pancartas enfocan al régimen en su conjunto: "Fuera el Poder" “[Pouvoir, dégage”]. Los caciques del FLN, los patronos y los generales que confiscan la renta petrolera sin desarrollar la economía, que monopolizan la mayor parte de la riqueza producida por los trabajadores y campesinos argelinos, están maniobrando: asientan la candidatura de Abdelaziz Bouteflika mientras se comprometen a acortar su mandato y a organizar nuevas elecciones presidenciales en un año. El periódico progubernamental El Moudjahid puede que no lo vea como "en absoluto es una maniobra, solo una respuesta pragmática...", pero obviamente no engaña a nadie. La lucha se libra entre este régimen odiado y la gran mayoría de la población argelina. Para vencer, se necesitan perspectivas claras:
Proteger las manifestaciones, en particular para evitar las detenciones:
¡Servicio de seguridad de los manifestantes, autodefensa de las manifestaciones!
Para paralizar al gobierno y evitar que prepare la represión, hay que exigir a todas las direcciones sindicales (UGTA, CSA, COSYFOP...) que rompan con el gobierno de Bouteflika, que llamn inmediatamente a la:
Huelga general para la caída del régimen!
Para derrotar al gobierno, para poner fin a este régimen, es necesaria la huelga general de las empresas y las administraciones, hay que crear comités elegidos en las empresas, las administraciones, las universidades, los barrios, los pueblos, etc.
Frente a un régimen que tiene el ejército, la policía, muchos medios de comunicación, etc., la centralización de todos los comités con delegados electos y con mandato para unificar la lucha de los trabajadores y los jóvenes y proporcionar al movimiento una dirección política candidata al poder de los trabajadores.
Hay muchas reivindicaciones, entre ellas el incremento inmediato de los salarios, las pensiones, las ayudas sociales y su indexación con el coste de vida, trabajo para todos con salario decente, todas las libertades democráticas, control sobre todas las cuentas de las empresas y de las administraciones, sobre la riqueza producida y su uso! Y muchas otras reivindicaciones planteadas por los obreros, campesinos, jóvenes, mujeres, bereberes.
¿Qué gobierno puede satisfacerlas?
La clase obrera debería tomar la iniciativa del movimiento y orientadlo. Pero ella misma tiene grandes dificultades para encontrar una solución entre la fracción burguesa gobernante y su facción islamista. El PAGS, el antiguo partido estalinista (heredero del PCA que rechazaba la independencia) estalló en 1993: su principal residuo, el MDS, ni siquiera se reclama el socialismo; el PST (procedente del FLN de los tiempos de Ben Bella) está desorientado por la desaparición del PAGS; El PT firmó un frente popular con el FLN y el FIS islamista en enero de 1995 y no se ha pronunciado en contra los cuatro mandatos de Bouteflika.
La debilidad del movimiento obrero puede salvar a la burguesía argelina. Por si el Estado no logra el detener la movilización de las masas, algunas fracciones preparan ya el golpe de después, bien el establecimiento de un despotismo islamista (de los Hermanos Musulmanes, como el MSI o los islamofascistas de Daesh), bien el lavado de cara del régimen actual: "que todos los aliados políticos se reúnan en torno a una mesa y rediseñen una nueva república que responda a las ambiciones de la sociedad y sea capaz de enfrentar los desafíos que enfrentamos ..." (El Moudjahid, 5 marzo).
El islamismo, como lo muestran Irán y Turquía, preserva el capitalismo y todas las desigualdades que genera, pero con más hipocresía en la sociedad y más opresión de las mujeres, los jóvenes, los comunistas, los homosexuales. La "nueva república" que la fracción burguesa "democrática" mantiene en reserva es un cambio cosmético diseñado para preservar lo esencial de su poder y las prebendas de sus sirvientes. Bajo ninguna circunstancia una nueva república construida mano a mano con los que hasta ahora se han atiborrado a costa de la mayoría satisfará la más mínima de las demandas esenciales de los trabajadores y los jóvenes.
Es un señuelo al que se adapta la consigna de "Asamblea Constituyente Soberana" propuesta por diversas fuerzas políticas de oposición, no sólo por el FFS, sino también por el PT y el PST. Este es el método que utilizó la burguesía tunecina para sofocar el movimiento revolucionario que expulsó a Ben Ali del poder. Allí se consiguió disolver el movimiento en la interminable palabrería de la constituyente soberana, también defendida por todos los partidos de la oposición (nostálgicos del nacionalismo árabe, islamistas reaccionarios, organización obrera). Como resultado, ninguna de las reivindicaciones importantes de las masas tunecinas ha sido satisfecha y la burguesía tunecina ha recuperado el control total de la situación.
Para satisfacer todas las reivindicaciones, para controlar la riqueza producida, su uso, para el desarrollo del país en beneficio de la gran mayoría de la población, de los trabajadores, de los jóvenes, de los campesinos, etc., no podemos contar con un gobierno de la burguesía argelina, ni con ningún otro maquillado de manera diferente. Son los propios trabajadores quienes deben tomar el poder que se les escapó en 1962, expropiar las grandes empresas, establecer el control de los trabajadores sobre las cuentas, desarrollar la producción para satisfacer las necesidades de todos y no para el beneficio de unos pocos.
¡No al quinto mandato! ¡Abajo el gobierno! ¡Fuera el régimen!
¡Separación total del Estado y la religión! ¡Laicidad!
¡Todo el poder para los trabajadores! ¡Gobierno obrero y campesino! ¡Federación Socialista del Magreb!
Estas son las perspectivas sobre las que la vanguardia debe organizarse para construir el partido obrero revolucionario indispensable para ayudar a las masas a superar los obstáculos.
5 de marzo de 2019
Colectivo Revolución Permanente (Alemania, Austria, Canadá, Francia, Turquía)
FT-VP (Brasil)
IKC (Estado Español)
Internaciema Kolektivista Cirklo - IKC
TML (Brasil)