Inundaciones catastróficas en el País Valencià
Ocho horas de silencio e inacción
Desde el sábado, los partes meteorológicos de À punt ya advertían de la excepcional gravedad de la DANA. Había documentación exhaustiva de la situación meteorológica. La primera alerta roja de AEMET para la zona de València se publicó a las 7.31 h de la mañana del martes 29. A las 11.45 h, el Centro de Coordinación de Emergencias emitió un aviso especial de alerta hidrológica del río Magro, un cuarto de hora después de qué Carlos Mazón tranquilizara a la población y asegurara que todo amainaría a las 18 h. Poco después de las 19 h, Paiporta era arrasada por las aguas y más de 60 de sus habitantes habían muerto o estaban a punto de morir. Pero el honorable presidente del PP, Carlos Mazón, esperó a las 20.11 h para enviar la alerta «preventiva» de protección civil. A las 21.30 h ya se animó para comparecer en público (y no decir nada). A esas horas, hacía tiempo que el teléfono 112 había colapsado ante un aluvión de llamadas de socorro, que miles de personas estaban atrapadas en coches, camiones y autobuses en las carreteras y autovías, muchas de ellas encima del techo para no ahogarse. Miles de de trabajadores de los polígonos industriales habían ya quedado aislados sin más opción que pasar la noche en las fábricas, a veces medio en ruinas; muchos ancianos habían muerto ahogados en la planta baja de su casa; un número de personas todavía por determinar estaba ya ahogada dentro de sus coches en la calle o el garaje.
No se trata de una «negligencia criminal» del gobierno de la Generalitat, como ya muchos medios de comunicación la califican. Es una manifestación más de una política criminal destinada a garantizar los beneficios de los empresarios, cueste lo que cueste, aunque sea arriesgando decenas de vidas humanas. Hubo tiempo de sobra para avisar la población en riesgo, para evitar desplazamientos, para organizar el desalojo de las industrias, de los centros de trabajo y de estudio. Pero el gobierno se esperó a que acabara la jornada laboral, cuando ya un episodio histórico de lluvias se había convertido en una tragedia humana completamente evitable.
Mazón dice ahora que han tenido «problemas de coordinación», pero nada más formarse el gobierno PP-Vox, anunciaba orgulloso la supresión de la Unidad de Emergencias de la Generalitat. Lo hizo al mismo tiempo que desarrollaba hasta el delirio la política de financiación de todo tipo de actividades consideradas «españolas y raciales», como por ejemplo los toros, la caza por placer, las actividades religiosas católicas, los grupos de activistas antiabortistas, los diarios ultrareaccionarios y negacionistas, etc. Pero también mientras atacaba a muerte el uso, la enseñanza y la integridad científica de la lengua catalana que hablamos los valencianos. Además de ahogar la sanidad y la enseñanza pública y de multiplicar las subvenciones para el negocio de la enseñanza privada concertada.
No, la responsabilidad del gobierno de la Generalitat en esta tragedia humana y material no es solo de «negligencia criminal» ni se resuelve con la dimisión de Carlos Mazón. Todo el gobierno es responsable, todo el PP, que está apoyándole, es responsable. Los trabajadores y trabajadoras, las víctimas de su política criminal en todos los frentes, no tendríamos que soportarlo ni un día más. Nos va la vida.
Empecemos a tomar nuestro futuro en nuestras propias manos: Por la formación inmediata de un frente de organizaciones de trabajadores y trabajadoras (partidos, sindicatos, asociaciones de todo tipo) que organice la solidaridad y la movilización general de nuestra clase para acabar con este gobierno y toda su política destructiva al servicio de los empresarios y el capital.
València, 31 de octubre de 2024
INTERNACIEMA KOLEKTIVISTA CIRKLO